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Desde hace unos años, la polémica alrededor del ayuno como herramienta terapéutica ha aumentado. El interés en saber qué es el ayuno y porqué dejar de comer, aún cuando nos han enseñado que debemos hacerlo todo el tiempo, puede llegar a tener tantos beneficios, se despertó. Por eso, para saber si esta práctica es realmente saludable, debemos primero entender cuales son los beneficios que se obtienen con esta práctica.
Valter Longo es una de las figuras de referencia cuando se trata de ayuno. Es experto en biología celular, bioquímica y longevidad. Gracias a sus publicaciones sabemos qué es lo que sucede cuando restringimos severamente las calorías durante 4-5 días. Estos son sólo algunos de los beneficios que se han observado de forma directa o indirecta en levaduras, ratones y humanos:
- Aumento de la esperanza de vida en un 11%.
- Regeneración y rejuvenecimiento del sistema inmune, del músculo esquelético y de ciertos órganos como el hígado, el corazón o los riñones.
- Avance en la coordinación motora y en la memoria a corto plazo.
- Produce Neurogénesis, es decir la creación de nuevas neuronas.
- Incremento de la densidad ósea.
- Gran descenso de los marcadores de inflamación.
- Disminución del riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y de la cantidad de grasa visceral -incluso con las mismas calorías globales-.
- Regulación hormonal.
- Reducción considerable del riesgo de sufrir cáncer.
- Protección frente a todas las enfermedades autoinmunes.

¿Por qué debería ayunar?
En el artículo anterior, aprendimos qué pasa cuando comemos, qué pasa cuando dejamos de comer y cómo la práctica del ayuno nos acompañó a lo largo de nuestra evolución. Nuestros genes se moldearon en períodos intermitentes de presencia y ausencia de alimento. Por tanto, nuestras células se adaptaron a los dos programas diferentes pero complementarios a los que hicimos mención: comer y ayunar. Entonces ¿por qué debería ayunar? Es una pregunta que genera cierta controversia, parece increíble que ayunar tenga tantos beneficios. Aún, más, cuando nos han dicho siempre que debemos comer hasta 6 veces al día. Para ayudar a responderla, es conveniente destacar varias de las consecuencias y beneficios de lo que sucede en el estado de ayuno:
1. Nuestro sistema inmune se regenera y se rejuvenece
De acuerdo con Valter Longo, durante un ayuno de 4 ó 5 días, nuestro organismo -y el de los animales- destruye el 40% de los glóbulos blancos -sistema inmune-. Así, elimina células disfuncionales para que sean reemplazadas por células nuevas, éste proceso se llama apoptosis. En principio podría parecer algo negativo, pero no lo es. Todo lo contrario.
Estamos expuestos a muchos procesos inflamatorios: lesiones, fiebre, infecciones bacterianas, toxinas y virus. Por eso, nuestro cuerpo está lidiando constantemente contra la inflamación. Hasta el simple acto de comer nos inflama. Como respuesta a estos insultos, nuestro sistema inmune está continuamente generando nuevas células que van quedando mermadas después de la lucha y con el tiempo, pierden su efectividad aumentando el riesgo de padecer enfermedades como el cáncer. El proceso de apoptosis es vital para ir reciclando estas células. Durante las 48 horas posteriores al refeeding o realimentación (es decir, cuando rompemos el ayuno), se regenera ese 40% con células completamente nuevas.
En caso de ser tu primer ayuno, se trataría del primer gran proceso de regeneración celular desde el nacimiento. Casi la mitad de los glóbulos blancos son ahora completamente nuevos, listos para combatir eficientemente cualquier tipo de inflamación o enfermedad ¿Empiezas a ver por qué el ayuno tiene tantos beneficios? Una maravilla.
2. Tenemos órganos nuevos cada año
Al final de 4 días de ayuno -5 días en el caso de una dieta que mimetiza el ayuno o FMD-, se observa otro gran beneficio: una reducción significativa en el peso de los riñones, hígado y corazón. Después del refeeding, vuelven a su tamaño normal.
¿Qué significa esto? Los órganos se encogen aproximadamente un 20% durante el período de ausencia de alimento. Se deshacen de un 20% de células inservibles mediante el proceso de apoptosis. Cuando volvemos a comer, las células madre reconstruyen los tejidos formando otras completamente nuevas y funcionales. Finalmente, se recupera el tamaño original en 24 horas aproximadamente. Cinco ayunos anuales y una persona puede disponer de órganos completamente nuevos cada 12 meses. Increíble ¿no crees?
Es importante tener en cuenta que ciertas personas no deberían ayunar.
3. Podemos alcanzar niveles de autofagia óptimos
El 80% de células que han sido salvadas de la apoptosis o muerte celular programada, disponen del tiempo suficiente durante el ayuno para reciclar sus componentes dañados o inservibles. Es decir, se da el proceso de autofagia. De esta manera, aumentan su eficacia y mejoran su funcionalidad.
La mitofagia -autofagia en las mitocondrias- tiene una importancia especial. Recordemos que las mitocondrias son organelos encargados de suministrar energía a las células. Son las centrales energéticas del reino animal. El 95% de la energía que producimos se genera en ellas. Respiramos oxígeno con el propósito de fabricar enormes cantidades de la molécula energética de la vida: el ATP. Y la respiración celular tiene lugar en las mitocondrias. Es fácil comprender que sin energía la vida no es posible. Por tanto, mantener la salud mitocondrial es clave.
En 1931, el premio Nobel Warburg dijo que el cáncer se inicia con la imposibilidad de llevar a cabo la respiración celular. Hoy en día, el Dr. Thomas Seyfried ha demostrado en su libro “Cancer as a Metabolic Disease” que Warburg tenía razón.
No sólo se trata del cáncer. La salud mitocondrial es clave para alejar cualquier enfermedad. Durante el ayuno se favorece la mitofagia, destruyendo las mitocondrias inservibles y favoreciendo la creación -biogenésis- de otras nuevas en perfectas condiciones y listas para producir el preciado ATP.
Ayuno y Epigenética
Nuestros genes están escritos en piedra y no los podemos modificar. David Sinclair es una de las 100 personas vivas más influyentes de la humanidad según la revista Time. Es experto en longevidad y antienvejecimiento, dirige un potente laboratorio en la Universidad de Harvard. Él afirma que:
‘la epigenética – y no la genética – es lo que realmente importa en la mayoría de los seres vivos’.
Pero ¿qué hace la epigenética?
La epigenética controla la expresión de los genes. Es decir, determina qué genes estarán activos y cuáles no, gracias a factores externos como medio ambiente, la alimentación, hábitos, traumas, etc. Durante los procesos de enfermedad o envejecimiento, expresamos y silenciamos los genes incorrectos.
¿Cuál es el papel del ayuno en la epigenética?
Básicamente, lo que obtenemos como beneficio del ayuno, es propiciar un estado en el que nuestras células sanas entran en “modo protección” y ponen en marcha toda una serie de cambios epigenéticos que activan y silencian los genes protectores. Es una prueba más de que nuestros genes se forjaron en condiciones de ayunos frecuentes. Nos hace comprender el por qué el ayuno tiene tantos beneficios. Nos hace más longevos y nos protege de la enfermedad.
Estos beneficios epigenéticos del ayuno se dan gracias a unas moléculas muy preciadas que se producen masivamente durante esta fase: los cuerpos cetónicos.