Movimiento

Cuando hablamos de movimiento no nos referimos únicamente al ejercicio físico, sino al conjunto de actividades que en general, requieren un trabajo muscular y por tanto un gasto energético. Incluímos tanto actividades cotidianas como las planificadas que requieren un mayor trabajo muscular, gasto energético y un aumento en nuestro ritmo cardíaco. 

El movimiento presente en nuestras vidas es increíblemente trascendente. Tanto es así que las personas que no tienen suficiente movimiento en sus vidas, tienen un 20-30% de riesgo de muerte mayor a las personas que sí tienen suficiente movimiento.

Una cuarta parte de la población no se mueve ni siquiera 22 minutos al día y aún así, es extremadamente raro recibir recomendaciones de los profesionales de salud que incluyan movimiento.

¿Te has dado cuenta que la mayor parte del día la pasamos sentados? Por eso se dice que estar sentado, es el nuevo ‘tabaquismo’.

Con todas las formas en las que el movimiento nos afecta biológicamente de forma positiva podemos decir que moverse es medicina. Y cómo tal, no hacerlo, es un perjuicio para nuestra salud.

La ausencia de movimiento puede incluso ser un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades más grande que la obesidad.

Pero no se queda solo ahí. Cuando el movimiento es constante en nuestro día a día, nuestras emociones y estado de ánimo cambia por completo. Disminuimos la inflamación en nuestro cuerpo, oxigenamos nuestras células, mejoramos nuestra digestión y ciclo de sueño, potenciamos nuestro sistema inmune y procesos cerebrales relacionados con la cognición y la memoria. Ayudamos a que nuestro sistema hormonal esté en equilibrio e incluso nuestra microbiota intestinal.

Poner nuestro cuerpo en movimiento aumenta la neuroplasticidad, la neurogénesis y el Factor Neurotrófico Derivado del Cerebro (BDNF), una proteína que potencia aún más los dos procesos anteriores.

Un cuerpo en movimiento es un cuerpo que se puede desintoxicar mejor y que a la vez es mucho más resiliente a la enfermedad. 

Y aquí, te mencioné sólo una pequeña fracción de los beneficios que obtenemos cuando nos movemos ¡Hay muchísimo más!

Hay muchas toxinas que se almacenan en el tejido adiposo. Por eso, cuando se disminuye el % de grasa corporal literalmente nos desintoxicamos. Y por supuesto, el movimiento juega un gran papel en la pérdida de peso.

Mantener nuestro cuerpo en movimiento protege nuestra masa muscular. Un órgano de nuestro cuerpo en donde suceden todo tipo de funciones vitales como la regulación de citoquinas inflamatorias, regulación de hormonas, metabolismo y producción mitocondrial.  De hecho, una de las formas para disminuir el envejecimiento es precisamente aumentando la masa muscular.

En fin, creo que entiendes el punto: nuestro cuerpo está hecho para moverse.

¿Pero cómo incorporar más movimiento a nuestras vidas?

Aquí aprenderás acerca de todas las formas y mecanismos en los que el movimiento nos beneficia. Verás que no se trata de simplemente ir al gimnasio o salir a correr cada mañana. Hay muchísimas formas de movimiento que puedes incorporar de acuerdo a tus gustos y estilo de vida. Recuerda que lo importante es que ¡Te funcione a ti!