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Para poder hablar de la Sensibilidad al Gluten no Celíaca (SGNC), debemos empezar conociendo qué es el gluten
¿Qué es el gluten?
El gluten es una proteína encontrada en varios tipos de cereales. Esta proteína, es la que le da esa característica elástica a las masas con harina de trigo. Sin el gluten por ejemplo, los pizzeros no podrían hacer esas acrobacias con estas masas elásticas que arrojan al aire para darles forma. Sin gluten, las masas se rompen y es necesario buscar reemplazos para obtener su efecto aglutinante.
¿Dónde se encuentra el gluten?
La lista la encabeza el trigo, seguido por la cebada, el centeno, la espelta, la escanda, el kamut, el triticale, el farro y la avena. En el caso de la avena, este cereal no contiene gluten naturalmente, sino que al ser procesado en plantas donde también se procesan cereales que naturalmente sí tienen gluten, este cereal acaba por contaminarse. Por esto se dice que la avena tiene gluten por contaminación cruzada.
Ahora, es importante que sepas que el gluten se esconde en muchos otros productos como salsas, condimentos, sopas, frituras, golosinas, embutidos, comidas pre-preparadas, así que lo más recomendable, es que siempre revises la lista de ingredientes o vayas directo por productos certificados como ‘gluten-free’.
¿Qué genera el gluten en nuestro cuerpo?
El gluten puede ser proinflamatorio para cualquier persona, ya que el efecto que puede generar a nivel intestinal, puede ser silencioso y pasar desapercibido. Por eso la mayoría de las personas, no creen que el gluten puede ser algo nocivo para su salud.
El gluten puede generar daños en epitelio. Es un tejido que recubre la parte interna de los órganos huecos, los conductos y cavidades del cuerpo humano. Dentro de esos órganos encontramos el intestino. Este tejido, está formado por capas de células unidas entre sí y aquí es donde encontramos a las llamadas uniones estrechas (tight junction) que se encargan de controlar el flujo de sustancias que entran a nuestro cuerpo a través del flujo sanguíneo. En condiciones normales, nuestro intestino tiene un grado de permeabilidad, es decir, estas uniones estrechas permiten estrictamente el paso de sustancias que necesitamos (como nutrientes por ejemplo). Pero cuando estas sufren daños, el intestino se vuelve completamente permeable permitiendo que pasen todo tipo de sustancias y toxinas que generan respuestas en nuestro sistema inmunológico.
¿Donde comienza este efecto? Con secreción de zonulina.
El gluten genera la secreción de zonulina, la proteína que regula la permeabilidad de las uniones estrechas del epitelio intestinal, generando así una permeabilidad aumentada que en el caso de las personas con Enfermedad Celíaca, es aún más crónica.
También, cuando el gluten está siendo digerido, hay ciertas fracciones de este que son resistentes a las enzimas digestivas. Esto acaba generando péptidos tóxicos que pueden ocasionar, síntomas digestivos y otras reacciones.
Si quieres conocer más acerca de la permeabilidad intestinal te invito a que leas este artículo: Permeabilidad intestinal: síntomas y posibles causas
¿En qué se diferencia la SGNC, la Alergia al Gluten y la Enfermedad Celíaca?
Debemos reconocer que la Sensibilidad al Gluten no Celíaca es diferente de la Enfermedad Celíaca y de la Alergia al Gluten.
En términos generales, los mecanismos que juegan en la reacción al gluten son completamente distintos.
En el caso de una alergia, el organismo genera anticuerpos IgE (Inmunoglobulina E) que atacan específicamente las proteínas del gluten. Se ocasiona entonces una reacción rápida reflejada en síntomas como dificultades para respirar, comezón, goteo de la nariz, ojos llorosos o con comezón, sarpullidos, síntomas digestivos o incluso dolores de cabeza.
Mientras tanto, en la Enfermedad Celíaca, hay un componente genético que predispone a las personas Celíacas a tener reacciones frente al gluten. En este caso, fracciones de las proteínas del gluten (gliadina), son detectadas en las mucosas de la barrera intestinal (línea de defensa en el intestino), desencadenando respuestas proinflamatorias que acaban generando permeabilidad intestinal. La secreción de zonulina se aumenta muchísimo.
En la sensibilidad al gluten no celíaca, vemos que a pesar de que comparte síntomas con la Enfermedad Celíaca (en ambas suelen haber síntomas gastrointestinales), estos pueden ser menos crónicos, más duraderos y no hay componentes de predisposición genética. Es por esto que durante su diagnóstico, es fundamental descartar la Alergia al Gluten y la Enfermedad Celíaca ya que además, no hay un test específico que permita determinar esta sensibilidad.
El diagnóstico se hace más sencillo cuando los marcadores para Enfermedad Celíaca y Alergia al Gluten son negativos o cuando al adoptar una Dieta Libre de Gluten la sintomatología mejora y ante una reincorporación de gluten, reaparece.
¿Qué pasa en el cuerpo cuando hay SGNC?
Como lo mencionamos en el artículo de la Enfermedad Celíaca, allí hay una reacción específicamente hacia los péptidos (moléculas formadas por varios aminoácidos) del gluten. Ahora, para entender la manifestación de la Sensibilidad al Gluten no Celíaca es fundamental conocer cómo se comporta nuestro sistema inmune frente a las distintas amenazas a las que nuestro cuerpo se enfrenta (antígenos). Éste lo hace a través de la Inmunidad Innata o la Inmunidad Adquirida:
- Inmunidad Innata: es el sistema de defensas con el cual nacemos y es la primera barrera frente a un antígeno. Se encarga de impedir la entrada de esas sustancias nocivas al organismo pudiendo prevenir infecciones.
- Inmunidad adquirida: en la segunda barrera de defensas ya que entra en acción cuando la inmunidad innata no es suficiente. En este caso se desarrollan mecanismos de defensa específicamente para cada antígeno. Es la que nos permite desarrollar tolerancia a algún patógeno. Básicamente, nuestro sistema inmune reconoce a ese agresor y genera una respuesta específica. De esta forma, si se presenta de nuevo, lo puede reconocer y combatir.
Estudios sugieren que, mientras que en la Enfermedad Celiaca hay una aumento ambas inmunidades, en la SGNC solo se aumenta la Inmunidad Innata.
Es decir, ante la presencia del gluten, nuestro cuerpo lo identifica como un agresor del cual se debe defender.
¿Cómo se diagnostica la Sensibilidad al Gluten no Celíaca?
En el diagnóstico de la SGNC, es muy frecuente encontrar la presencia de anticuerpos anti-gliadina (una proteína más pequeña que hace parte de la composición del gluten). De estos anticuerpos, hay varias clases, pero la que se encuentra en el 50% de los casos es la Inmunoglobulina G (IgG). Estas son sustancias que nuestro organismo fabrica para defendernos.
Entonces, una forma de llegar al diagnóstico de la SGNC es identificar anticuerpos antigliadina o eliminar el gluten de la dieta por unas semanas y ver si los síntomas mejoran o desaparecen. Y si al reintroducir el gluten en la dieta los síntomas vuelven, entonces se puede sospechar de que el gluten es la causa.
¿Cuáles son los síntomas de la Sensibilidad al Gluten no Celíaca?
Casi siempre los síntomas son intestinales, dentro de los cuales podemos encontrar diarrea, distensión, dolor abdominal y/o estreñimiento. Pero también se pueden presentar síntomas no intestinales (extraintestinales). Estos son sensación de mente nublada, agotamiento, dolor de cabeza, depresión, ansiedad e incluso anemia al poder generar permeabilidad intestinal que acabe por entorpecer la absorción de nutrientes.
Esta sintomatología explica el porqué llegar a su diagnóstico puede ser difícil.
Aún no existen suficientes estudios científicos que permitan diferenciar completamente esta patología de otras patologías gastrointestinales. Por esto, el gluten puede pasar desapercibido en personas con esta sensibilidad. Cuando se registran episodios de diarrea, distensión abdominal o cólicos, el gluten casi nunca se considera como una posible causa, pudiendo desviar las pistas hacia un cuadro de gastroenteritis, indigestión por algún otro alimento o Síndrome de Intestino Irritable.
¿Cómo se trata la Sensibilidad al Gluten no Celíaca?
El camino más frecuente para tratar la SGNC es eliminar por completo el gluten de la dieta. Esto puede llegar a ser desafiante ya que el gluten se convirtió en un ingrediente demasiado común en el mercado por sus cualidades viscoelásticas y el efecto que tiene en el paladar. Los productos de panadería son irresistibles para muchas personas ¿o acaso no has experimentado esa sensación de éxtasis al comer algo de panadería? Esto se debe a que el gluten contiene exorfinas, que básicamente producen una sensación de placer en el organismo tal como lo hacen las endorfinas. Otra característica que hace que las cosas con gluten sepan tan bien.
Hoy en día encontramos el gluten escondido en las listas de ingredientes de un sinfín de productos en el mercado. Incluso en productos cosméticos. Por eso, una persona con Enfermedad Celíaca, Alergia al Gluten o SGNC debe estar atento/a a la presencia de este ingrediente.
Suplementación Enzimática Oral: otra posible solución
Otra posible solución frente a la Sensibilidad al Gluten no Celíaca, es la Suplementación Enzimática Oral. Pero, para entender cómo funciona debemos saber que una enzima es una molécula -casi siempre una proteína- que se encarga de acelerar el proceso de una reacción química.
Como lo mencionamos en Enfermedad Celíaca, el gluten es una proteína que resulta de la unión de la glutenina y la gliadina -un par de proteínas más pequeñas llamadas péptidos-. De estas dos, la gliadina es la más problemática. Por lo tanto, en este método se ingieren enzimas que se adhieren a los péptidos del gluten, específicamente las gliadinas, permitiendo la digestión química en el estómago.
También, se han estudiado otras enzimas que hacen lo mismo con las gluteninas, lo que permitiría que una combinación de ambas enzimas elimina la toxicidad del gluten. Así se puede llegar a evitar una reacción del sistema inmune.