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Sí, es cierto que hay un tipo de grasa que puede ayudarte a adelgazar: la grasa marrón o grasa parda. Se trata de un tipo de grasa completamente distinta a la que todo el mundo asocia con obesidad, enfermedades cardiovasculares y deterioro de la salud.
Tenemos dos tipos de grasa: la grasa marrón o parda y la grasa blanca. Ambas tienen funciones muy distintas y mientras que el exceso de la grasa blanca puede no ser tan beneficioso, el tener un poco más de grasa marrón (o tenerla más activa) puede resultar muy beneficioso para nuestro metabolismo ya que está involucrada con la forma en la que nuestro cuerpo utiliza la energía y la cantidad que utiliza de la misma.
Veamos entonces de cerca qué hace la grasa marrón y para eso, es necesario tener primero claridad sobre las diferencias entre ambos tipos de grasa y luego, entender cómo sucede la producción y el consumo de energía.
¿En qué se diferencia la grasa marrón de la grasa blanca?
Desde su función, el lugar en donde se almacenan y lo que estimula su producción o actividad son algunos de los aspectos que las diferencian.
Por un lado, la grasa blanca es la grasa que conocemos como ‘tejido adiposo’ y es allí donde se secretan citoquinas, distintos tipos de hormonas como hormonas sexuales y otras relacionadas con el apetito (la leptina y la adiponectina).
La grasa blanca se encarga principalmente de almacenar energía y tiene un gran papel en la regulación del metabolismo. Esta grasa se encuentra principalmente debajo de la piel (grasa subcutánea) y alrededor de los órganos (grasa visceral).

Por otro lado, la grasa marrón tiene como principal función la producción de calor, un fenómeno conocido como termogénesis. Sin embargo, tiene también la capacidad de afectar todo el metabolismo tal como lo hace la grasa blanca. La grasa parda se encuentra principalmente en las axilas, en la región interescapular y alrededor de las arterias carótidas.
Mientras que la grasa blanca es un centro de almacenamiento energético, la grasa café ‘derrocha energía’. Por eso, es importante adentrarnos un poco más en el proceso de producción de energía para entender el rol de la grasa marrón y los mecanismos por los cuales confiere beneficios.
Todo comienza donde se produce la energía: las mitocondrias
Cuando se habla de energía , debemos hablar de las mitocondrias. Unos pequeños centros de producción de energía que hay dentro de las células que hacen posible la actividad celular.
Dentro de las mitocondrias es donde se crea el adenosín trifosfato o ATP: la molécula que nos proporciona energía.
La mitocondria produce energía a partir de la glucosa o la grasa y la cantidad que produce, depende de cuanto necesite la célula para ejecutar una función específica.
Cada célula puede tener en promedio 2000 mitocondrias. Aunque, hay células de mayor actividad metabólica como las células musculares, que pueden tener un número mucho mayor.
¿Qué tienen que ver las mitocondrias con la grasa marrón?
Curiosamente, lo que hace marrón a la grasa marrón, es su alto contenido de mitocondrias. Es un tipo de grasa rica en mitocondrias lo que le permite ‘derrochar’ energía ya que tiene una gran capacidad para producirla. Esto ocurre de esta forma para que se pueda dar la termogénesis que mencionamos al principio del artículo.
¿Qué hace posible que se genere el calor?
La gran capacidad de las mitocondrias presentes en la grasa marrón para crear tanta energía se debe a una proteína llamada termogenina o UCP 1. Esta proteína, permite que la mitocondria genere y disipe energía en forma de calor sin que esta producción de calor esté asociada al temblor. Es como si permitiera que la energía se consuma y se consuma sólo para producir calor.
La densidad mitocondrial de la grasa marrón permite que produzca mucha energía y ésta se disipe en forma de calor.
En contraste, la grasa blanca no tiene tantas mitocondrias y eso hace que allí no haya mucho gasto energético. Por el contrario, hay almacenamiento de energía.
Así, el gasto energético que se da a partir de la utilización de la glucosa o lípidos en el tejido adiposo marrón es mucho mayor, promoviendo así que los niveles de azúcar en sangre disminuyan y con ellos, la insulina. Es aquí donde tu metabolismo se empieza a ver favorecido.

Un dato curioso…
¿Sabías que esta grasa abunda en los recién nacidos? Si prestas atención, te darás cuenta de que los recién nacidos no tiemblan y es gracias a que están llenos de grasa marrón. Eso los mantiene calientes y naturalmente protegidos del frío.
La producción de calor o la termogénesis, es entonces, la gran función de la grasa marrón y esto, la hace altamente activa desde un punto de vista metabólico.
La buena noticia es que podemos estimular la actividad de la grasa marrón. Y además, inducir la producción de ésta.
Así, si una persona tiene más grasa marrón o la está activando con frecuencia, tiene un metabolismo basal mucho más alto. Es decir, su organismo está gastando muchas más calorías en estado de reposo que una persona con más grasa blanca.
Por muchos años se pensó que el cuerpo humano tenía tan poca grasa marrón que no afectaba mucho el peso corporal. Sin embargo, imágenes obtenidas de estudios más recientes, revelaron que había una substancial cantidad de células grasas en donde la proteína termogenina se expresaba y que además, su expresión era mucho menor en personas obesas o ancianas.
¿Sabías que nuestra alimentación afecta la grasa marrón?
Cada vez que consumimos alimentos, la insulina se eleva. Esta hormona, entre otras cosas permite que la glucosa entre a las células para su posterior uso como fuente de energía. Es por eso que se eleva especialmente cuando lo que consumimos es muy rico en glucosa: azúcares y/o carbohidratos. Cuando esto ocurre, el ratio al que la mitocondria utiliza la energía, se hace más lento ya que la insulina promueve el almacenamiento de energía, no el gasto. Este almacenamiento recordemos que se da en la grasa blanca.
Este proceso es completamente normal. Sin embargo, una alimentación que se basa en carbohidratos y azúcares y se acompaña de hábitos que sólo promueven el alamcenamiento de energía (grasa), promueve un aumento inminente de la grasa blanca.

En contraste, cuando la insulina se mantiene baja en el contexto de una alimentación baja o muy baja en carbohidratos, y esto se acompaña de hábitos que a su vez no promuevan el ‘almacenamiento de energía’, la grasa blanca empieza a comportarse más como la grasa marrón: propicia el gasto de energía. Este es un fenómeno que se conoce como ‘Beijing’.
Mientras que la grasa blanca es donde se guarda energía, la grasa café todo el tiempo consume energía.
¿Qué dice la ciencia al respecto?
Benjamin Bikman, el autor del libro ‘Por qué nos enfermamos’ (Why We Get Sick por su nombre original en inglés), es un científico experto en la insulina. Incluso se llama a sí mismo como un ‘científico de la insulina’. Como experto en el tema, una gran parte de su trabajo se ha enfocado en estudiar cómo la insulina afecta la forma en la que la mitocondria utiliza la energía.
Bikman, quien ha estudiado a fondo la grasa marrón, ha encontrado que cuando la insulina permanece alta, se disminuye la tasa metabólica de la grasa café hasta en un 50%. En otras palabras, la grasa café gasta menos energía y como consecuencia, hay menos termogénesis y más almacenamiento de grasa blanca.
La alimentación de la mayoría de personas no promueve el ‘Beijing’ ya que suele haber un constante y marcado estímulo a la insulina como resultado del abuso de los carbohidratos y el azúcar.
La mala noticia es que con la alimentación que tiene la mayoría de las personas actualmente, el estímulo a la insulina es constante.
Muchas comidas en el día y una alimentación rica en procesados, azúcares y carbohidratos refinados mantienen la insulina elevada promoviendo la obesidad, el síndrome metabólico y las enfermedades asociadas pero antes de todo esto, hay un aumento de la grasa blanca.
Otros hallazgos…
- Se ha encontrado que en ratas que tienen una mayor expresión de la proteína UCP1 o termogenina en la grasa blanca, marrón o ‘beige’ tienden a ser resistentes a la obesidad y a tener mejoras en la salud metabólica tales como una mayor la tolerancia a la glucosa y un aumento en la sensibilidad a la insulina.
- En un estudio clínico realizado en el 2010, se encontró que el porcentaje de grasa marrón estaba inversamente relacionado con el índice de masa corporal especialmente en los adultos mayores. Esto sugería que el tejido adiposo marrón tiene un gran rol en el metabolismo.
- La activación del tejido adiposo café aumenta y acelera la utilización de lípidos (triglicéridos) presentes en el flujo sanguíneo para la producción de calor.
Así que entre más se estudia la grasa café, se encuentra que activarla tiene muchos beneficios a nivel metabólico. Veamos entonces de qué forma se puede activar.
Si quieres profundizar un poco más en cómo puedes activar la grasa marrón con las cosas que haces a diario ingresa a este artículo: ¿Cómo activar la grasa parda o marrón?
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